El grupo estuvo conformado por socios que fueron a rendir sus exámenes de certificación (Lucas Bisiani y Joaquín Fernández Cortez el de Open y Tomás Allende el de Master Diver), socios que fueron a despuntar el vicio y volver al agua luego de casi dos años de encontrarnos imposibilitados de hacerlo (Gerardo Vassallo y Carlos Rizzuti), Marcela (mujer de Carlos y que también fue a certificar su curso Open) y los infaltables Cristian y Joaquín Lago que, si bien se certificaron en el Club, dejaron de ser socios, pero se mantienen en contacto con las actividades de Azul Profundo y, por ende, con las del Club.

Desde  que nos encontramos en el aeropuerto hasta  la despedida, vivimos grandes momentos y, como suele sueceder, se formó un gran grupo que ya tuvo su juntada en Buenos Aires y la promesa de otras.

Gerardo describió lo que se vivió en el viaje:

"El 22 de marzo pasado un grupo de buceadores, entre ellos varios socios de CUBA, partimos hacia Angra dos Reis junto con Juan Cosentino, instructor de nuestra escuela “Azul Profundo”. Algunos iban a dar el examen práctico final del curso “Open”; otros para chequear cursos avanzados, pero todos con ganas de disfrutar de unos lindos días de buceo.

En los cuatro días programados pudimos realizar ocho buceos de aproximadamente una hora cada uno, “navegando” entre los diez y quince metros de profundidad. Si bien el clima siempre nos acompañó, la visibilidad en el fondo fue cambiante, pues días antes de nuestra llegada se había descargado sobre la zona una importante tormenta que generó que en algunos pocos lugares hubieran sedimentos en suspensión que complicaban la actividad. Sin embargo, todo se desarrolló sin riesgo alguno pudiendo comprobar la eficacia de las lecciones aprendidas, lo cual permitió a los diez buzos que formamos el grupo actuar con tranquilidad y orientación, sorteando con facilidad los mínimos problemas que derivaron de una inmersión con una visibilidad que nunca superó los tres metros. Cabe destacar, además, que siempre contamos con la atenta mirada de nuestro instructor, y de un guía local (dive master), que monitorearon constantemente nuestro desempeño. Pero más allá de aquella contingencia excepcional pero provechosa para nuestro crecimiento como buzos, las siete inmersiones restantes nos permitieron observar a pleno el paisaje submarino, pudiendo ver en su desarrollo varios cardúmenes de peces coloridos, además de pulpos, hipocampos, morenas, estrellas de mar, entre otras especies. Todo ello enmarcado en un escenario de sorprendente belleza brindado por los variopintos corales del lugar. Disfrute que continuó en superficie por la buena onda que se generó en el seno de un grupo homogéneo y solidario (otro de los principios del buceo), y el excelente servicio recibido en la posada que nos alojamos. Sin duda una aventura para repetir y recomendar".

Les dejamos algunas imágenes y los invitamos a que se sumen a las próximas salidas.

Saludos.

Capitanía de Actividades Subacuáticas CUBA