A lo largo de 2024, las semanas fueron organizadas de forma tal, que fuese posible poder ir a buscar a mi hijo a la salida del colegio los jueves a la tarde, para llevarlo directo a Palermo, y ahí él poder tener su clase de escalada. Todo el año la misma rutina los jueves.

Lo mismo hacemos respecto de diferentes actividades que van realizando nuestros hijos. En este caso, en modo padre de niño que practica escalada.

A la clase semanal se le sumó algunos fines de semana de visitar otros clubes y el CeNARD, y así llegamos a fin de año.

Para cerrarlo, nos propusieron a las familias de los niños que practican, el ir un fin de semana a Balcarce, a la sierra La Vigilancia, a los fines de compartir con nuestros hijos, en plena naturaleza, la práctica que ellos realizan durante el año (que típicamente se realiza en un ámbito más urbano, como lo es una palestra/boulder).

Tras haber asistido, es difícil imaginar un mejor cierre de año que el que se realizó con esa salida. La camaradería de montaña que siempre está presente y la posibilidad de compartir en familia el contacto con la roca, ha generado tanto para los niños que practican durante el año, como para sus familias, una extraordinaria experiencia y un gran recuerdo.

Parecería que de eso va la cosa, de generar esos buenos recuerdos en los chicos. Alguna vez lo hicieron por nosotros, ahora nos toca a nosotros. Que toda la familia haya disfrutado la salida y que tengamos todos buenos recuerdos, es un extra que no se esperaba, y mérito de los profesores, practicantes más avanzados y miembros de la Capitanía.

Muchas gracias por todo lo que hicieron y hacen.